1ª de marzo de 2007
(un antes y un después)
En la fragua, un plomo gastado
de espanto y tullido de engarces,
delira un misterio
y segrega un alivio.
La sed del mundo maneja un criterio senil
y renuente a calmar su sed en aguas
de torrentes y manantiales
juveniles y mansos,
aprecia el gusto de las aguas servidas
para estallar en cóleras y apostasías.
Pájaro azul en el humo
vuela cansina
al altar del llanero,
¿buscando qué?
Se escapan las tardes
en un escozor de ponencias:
el ocaso retruca a la luz
y emparda al destino.
Vida tras el miedo de pensar
rabia transpirada en el espejo, vive
agazapada en un
enfrentamiento de titanes
y elucubra las ideas
que degeneran en un punto.
Producciones en alza,
condones sobre la bastilla
y la revolución del gemido
mientras la fe se queda sin gozo
porque la muerte renace en cada esquina.
Mi crepitud es loable
a nadie debo explicaciones
yo quiero llegar a mi blanco
como la flecha orientada a su sino.
A veces renuncio a pensar
pues es tal mi ambigüedad
que ya no necesito
descifrar el amarillo.
Puedo saber al fin que mi destierro
tiene un decreto número.