sábado, marzo 31, 2007

Mi redenciòn



Tras mi docencia
un vuelo que mastica un predicado

La voz que quiere ser
y la nostalgia
que acompaña al sujeto

Estoy en este cielo
por siempre

No sé bien del perfume de las Amapolas

Encantado estoy del verso

Afuera, en la jornada adusta, hallo
una entelequia aburrida

miro los terraplenes y consiento
en que

los paradigmas estallan sobre mi nariz

¡estoy ausente en esta geografía!

Pero sin embargo

me duele el pecho;

me duele el alma al ver el oprobio

y siento en carne propia el postulado

de la insensatez más burda


¡soy forajido y león!

aunque

me oculto en la penetrante mirada del ocaso.