HUMILDAD ANTE LOS VIENTOS
En las praderas del amor, mi verso,
arte mundano, quiere honrar el canto
y regalar en breve tras el llanto
una pasión vital al universo,
buscando de la trama aquel reverso
que dignifique al hombre en su quebranto;
tal vez, la gracia, pueda ungir el manto
que nubla la moral del ser disperso.
Procuro dar mi verso cual la lluvia
sobre los verdes prados y llanuras
y dedicar mi pluma a la potencia
de las palabras, hijas de la rubia
santidad, ya pariendo en las alturas
mi trazo humilde, lleno de prudencia.